Vegetales VS insumos de origen animal

Desafortunadamente, parece que nos dirigimos a la dirección contraria. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, se estima que la demanda global por proteína animal se duplicará para el 2050. Se espera que la población mundial supere los 9 mil millones para el 2050, también se estima que la demanda de porciones diarias de proteína incremente un 74 por ciento. 

Pensemos en el impacto que podemos tener si solo una fracción de dichas porciones provinieran de fuentes vegetales, como soya, quinoa o chícharo. Tomemos de ejemplo la soya: contiene los 9 aminoácidos esenciales que no pueden producir por sí solos nuestros cuerpos, haciendo de ella una de las proteínas vegetales más completas disponibles. 

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La soya usa menos agua y emite menos carbono, además de que produce más proteína por acre que la carne de res, los huevos o la leche. Por lo tanto, reemplazar incluso una pequeña porción de proteína animal por proteína vegetal sostenible puede tener un impacto positivo a largo plazo en nuestro medio ambiente.

Así, incorporar ingredientes vegetales en nuestra dieta no solo tiene un impacto positivo en nuestra dieta, sino también en el suministro de alimentos a nivel global porque se da un mejor uso a los recursos de la tierra. Según un reciente estudio publicado por la Academia Nacional de Ciencias, remplazar todos los productos animales por dietas vegetales puede agregar suficientes alimentos a nuestra cadena de suministro para alimentar a 350 millones de personas más, lo que sería de gran ayuda para alcanzar el Objetivo Sostenible de las NU de Hambre Cero.

Aunque cambiar la dieta y formar nuevos hábitos no siempre es fácil, a causa de desigualdades de acceso, y aunque aún hay más por descubrir sobre los impactos que tiene la proteína vegetal en el desempeño físico, sabemos que comer menos carne reduce el riesgo de obesidad, enfermedad cardiaca, derrame, presión arterial alta, colesterol alto y algunos tipos de cáncer. 

En cambio, comer más vegetales proporciona una cantidad saludable de carbohidratos, lo que puede ayudar a rutinas de ejercicio prolongadas.  Todas estas razones son más que suficientes para lograr el cambio.

Impulso a empresas sostenibles 

Tener un impacto positivo en la sociedad va más allá de hacer del mundo un mejor lugar: tiene que haber un buen sentido empresarial. La gente cada vez se preocupa más por temas que afectan a la sociedad, por lo que inversionistas y otros grupos de interés prestan más atención ahora que los consumidores demandan a las empresas hacer frente a dichos temas. 

Desde mejorar el medio ambiente hasta la diversidad e inclusión, los inversionistas cada vez consideran más cómo las compañías respaldan a las comunidades, la sociedad y el planeta, como parte de su tesis de inversión. 

De hecho, entre el 2018 y el 2020, el total de activos bajo gestión invertidos de forma sostenible en los Estados Unidos, tanto institucionales como al detalle, creció 42%, de 12 billones a 17.1 billones de dólares. Este crecimiento se debe a múltiples factores, incluyendo el foco global en sostenibilidad y reducción de residuos, así como en responsabilidad corporativa para lograr un cambio.

Debemos priorizar la creación de un nuevo mundo, tanto ahora como en el futuro. El Secretario General de las Naciones Unidas lo definió mejor en su histórico discurso sobre el estado del planeta: “hacer las paces con la naturaleza es la tarea determinante del siglo XXI. Debe ser la máxima prioridad de todos en todos los rincones del mundo”. 

El autor es Presidente y CEO de Herbalife Nutrition