La Ruta del Mate: un paseo de cultura y tradición
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Pocas cosas definen tan bien a Argentina como un buen mate, la infusión que une generaciones detrás de una tradición que lleva siglos. Es tan importante esta bebida para los argentinos que tiene su día nacional y una ruta que invita a conocer su historia y los sabores únicos de alimentos elaborados con base a esta hierba.
Más que una bebida, el mate es cultura. En todas las casas hay por lo menos uno y se estima que los argentinos consumen alrededor de 100 litros por año. Juntarse a tomarlo, en este país significa juntarse con amigos o familiares para compartir un buen momento por la mañana o la tarde, alrededor de este ritual.
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Como no podía ser de otra forma, cada 30 de noviembre se celebra el Día Nacional del Mate, en honor al nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas, gobernador de la entonces Provincia Grande de las Misiones entre 1815 y 1819, y líder en las luchas por la independencia. También, fue el primer gobernador que provenía de un pueblo originario.
La ruta de la yerba mate
Las principales provincias productoras de las hojas que dan vida a esta infusión son Corrientes y Misiones, escenarios de la llamada Ruta del Mate. Se trata de un circuito turístico único considerado la principal ruta alimentaria del Mercosur, que recorre las plantaciones ubicadas en zonas rurales, restaurantes, bares y alojamientos.
En este paseo se puede conocer el proceso de producción de la yerba mate. Y en un país gastronómico como es Argentina, también los sabores son parte del camino con bebidas, platos y postres elaborados en base a la hoja de este árbol, como alfajores, licores y hasta helados.
Para conocer la historia del mate, la ciudad de Apóstoles ubicada al sur de la provincia de Misiones es parada obligada. Allí, la Casa del Mate custodia esta tradición con una muestra permanente y una matería al aire libre, entre otros atractivos. Otro emblemático de la zona es el Museo Juan Szychowski, donde las primeras máquinas usadas para envasar la yerba atestiguan la antigüedad de esta costumbre que sigue intacta.
Aprovechando el recorrido también se puede salir del circuito para conocer las Cataratas del Iguazú, una de las Maravillas del Mundo. Otros atractivos de la zona son las históricas ruinas de las Misiones Jesuítico-Guaraníes y el Parque Temático Santa Ana, desde el que la imponente vista panorámica de la selva misionera es imperdible. En la provincia de Corrientes, las caminatas, cabalgatas y paseos náuticos por los Esteros del Iberá también son un atractivo para tomar un recreo y disfrutar de la naturaleza.
El ritual de tomar mate
La costumbre de tomar mate se remonta a la época precolombina. Cuenta la historia que los primeros en usar la "yerba mate" o "caá" fueron los guaraníes y al árbol del que la obtenían lo consideraban un regalo de los dioses. Además de concebirla como un objeto de ritual y un medio de adivinación, la bebían y la usaban como moneda de cambio con otros pueblos.
En su llegada, los conquistadores notaron el uso que este pueblo hacía de las hojas de la yerba mate que mascaba o tomaba en calabazas con una caña ahuecada, por lo que se encargaron de popularizar y generar un extraordinario comercio en el Virreinato del Río de La Plata. Incluso, se comenta que años más tarde, las familias aristocráticas tenían una cebadora, es decir, una mujer esclava que ofrecía mate tanto a los residentes como a visitantes.
Cómo preparar un buen mate
Con el paso del tiempo, surgen tantas versiones del mate como personas que lo toman amargo, dulce, con café, cáscaras de frutas o leche. Lo cierto es que si se quiere degustar un buen mate hay que seguir una serie de pasos como si fuera un ritual: el agua debe tener una temperatura exacta para no quemar las hojas, la hierba debe servirse en cantidades específicas. Luego se agita el mate y se lo deja reposar. Un dato que no puede faltar es: al cebar, no se debe mojar toda la hierba.