El sobrepeso impacta las articulaciones
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Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1975 la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo. Junto con el sobrepeso son el depósito excesivo de grasa en el organismo y se asocian a distintos riesgos para la salud, por ejemplo, en los daños que sufren los huesos y las articulaciones.
Además de ocasionar un desbalance hormonal y carencia de vitaminas, puede afectar el crecimiento de los huesos y la salud musculoesquelética, causando deformación, dolor y potencialmente una movilidad limitada de por vida, derivando en una disminución de la calidad de vida para quienes la padecen. Las áreas del cuerpo que soportan el peso corporal, en donde el efecto es más nocivo para las articulaciones son: la columna lumbosacra, caderas, rodillas y tobillos.
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Los huesos están formados por 25% de agua, 25% de proteínas y 50% de sales minerales, en ellos hay lagunas o espacios y canales que los conectan con los vasos sanguíneos, encargados del intercambio de nutrientes.
En este contexto, la obesidad interfiere con el metabolismo óseo a través de factores mecánicos, hormonales e inflamatorios. Estos factores se encuentran íntimamente relacionados con el peso, composición corporal y patrón dietético de los pacientes. Es importante recordar que la obesidad incrementa el riesgo de sufrir fracturas, situación que puede agravarse con la edad.
“Tan solo con el hecho de aumentar de 5 a 10 kilos, las articulaciones pueden ponerse bajo peligro. Por ejemplo, en movimientos como subir o baja escaleras, el impacto y la presión en las rodillas incrementa de manera considerable”, comentó la Dr. Irma Ceja Martínez, médico especialista en medicina interna y Gerente de Endocrinología y Nutrición de PiSA Farmacéutica.
Ceja Martínez también detalló que en las personas con obesidad existe mayor producción de químicos que causan inflamación. Estos químicos se liberan aún más cuando hay una sobrecarga mecánica en los huesos lo cual ocasiona problemas en las articulaciones y cartílagos.
Cuando ya existe deformidad ósea secundaria o inflamación crónica, esto ya no se puede revertir, sin embargo, aun cuando el cartílago o las articulaciones se encuentren dañadas, al disminuir 10% del peso corporal se ha visto que se reduce por la mitad el dolor ocasionado por osteoartritis
La osteoartritis es un tipo de artritis que afecta las articulaciones y es más habitual que se manifieste en las manos, las rodillas, las caderas, el cuello y la parte inferior de la espalda. Existen mitos alrededor de la relación osteoporosis-obesidad, y por ello la Gerente de PiSA Farmacéutica aclaró que es un efecto secundario debido a los cambios hormonales que se dan con la obesidad.
Mientras que, en relación con la osteoartritis, asegura que sí hay una relación directa, “por el desgaste articular relacionado con el exceso de peso que soportan las articulaciones. Además, las personas con osteoartritis y obesidad tienen mayor riesgo de tener síndrome metabólico, caracterizado por la presencia de diabetes, hipertensión, alteraciones de colesterol y triglicéridos, así como incremento del ácido úrico”.
Por otra parte, Rebeca Vega, licenciada en nutrición con maestría en nutrición deportiva y Coordinadora de Servicios de Enfermería de PiSA Farmacéutica, explicó que para cuidar la salud ósea se debe de llegar a un peso saludable, tener un Índice de Masa Corporal (IMC), entre 18.5 y 25. Cuidando IMC, que es un número que se calcula con base en el peso y la estatura de una persona y que sirve como indicador para conocer si una persona se encuentra en un peso saludable o si presenta problemas de sobrepeso u obesidad.
La nutrióloga de PiSA Farmacéutica recomienda disminuir las porciones de comida, evitando alimentos altos en grasas saturadas y alimentos y bebidas azucaradas y de ser necesario se puede suplementar con calcio y vitamina D. Además dijo que es importante también evitar el tabaco y el alcohol.
Para mantener este IMC en un rango saludable, sugiere seguir las recomendaciones de la OMS y hacer mínimo 150 minutos de actividad física de bajo impacto a la semana (30 minutos diarios), llevando una dieta balanceada que incluya frutas y verduras, evitar alimentos azucarados y refrescos de cola, y mantenerse bien hidratado.