El aire es y debe ser saludable
- Escrito por Redacción
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A medida que comenzamos la transición a un mundo post pandemia y las personas se reintegran a la nueva normalidad, es cada vez más importante la conexión entre edificios y salud, productividad y bienestar; por lo que el concepto de ambiente interior, compuesto por elementos interconectados que interactúan e influencian nuestro bienestar físico y emocional, cobra una mayor relevancia.
Datos del INEGI revelan que el home office creció 68% el año pasado; en tanto que la consultora KPMG menciona que al menos 6 de cada 10 empresas planean mantener el esquema después de la pandemia.
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Asimismo, los cierres temporales a causa del Covid han creado desafíos y vulnerabilidades, pero, por otro lado, también han presentado la oportunidad de pensar en la creación de bienestar interior desde una nueva perspectiva.
Pasar más tiempo en interiores requiere de calidad ambiental interior, pues esto impacta nuestro bienestar diario y a largo plazo. La calidad del aire, el confort térmico, la iluminación y la acústica son aspectos importantes en un inmueble para lograr mayor productividad, concentración, influir en el humor de las personas, inclusive, impacta en la mejora de la experiencia de clientes y colaboradores.
De acuerdo con Trane, proveedor de soluciones de aire acondicionado, abordar los riesgos para la salud, por la falta de una calidad del ambiente interior, es una prioridad máxima.
Fuera de la vista
Comprender cómo abordar mejor los problemas de la calidad del ambiente interior ha sido una gran fuente de confusión para los propietarios y operadores de edificios. Una de las razones es que la naturaleza invisible de los riesgos hace que sea difícil saber por dónde empezar. Después de todo, ¿cómo se analiza y mitiga lo que no puede ver?
Actualmente vivimos en ciudades a la vanguardia de la urbanización, pero también en sitios sobrepoblados y con grandes cantidades de residuos tóxicos en el ambiente, que han afectado la salud e incrementando las enfermedades respiratorias en años recientes.
Tan sólo la calidad del aire en zonas de estados como la Ciudad de México, Estado de México, Puebla o Morelos, no cumplen con las normas de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came); situación que altera de manera importante la respuesta del sistema inmunológico de las personas, entre otros riesgos.
Si un edificio registra más del 20% de los usuarios con síntomas como fatiga, dificultad de concentración, letargia, molestias en ojos, nariz y garganta, ruido excesivo o quejas de malos olores, se dice que se tiene un “Edificio Enfermo”.