Parto, sugieren anestesia espinal epidural combinada
- Escrito por Redacción
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El parto, a menudo asociado a un dolor intenso, ya no tiene que ser una experiencia traumática. Gracias a la anestesia espinal epidural combinada, las futuras madres pueden estar conscientes durante el alumbramiento para vivir la experiencia del nacimiento de su bebé.
Mientras que en los partos vaginales la técnica por excelencia es la anestesia epidural, las cesáreas pueden requerir el uso de una analgesia de larga duración llamada anestesia espinal epidural combinada.
Esta técnica combina los beneficios de la anestesia raquídea, que proporciona un alivio rápido y potente del dolor; con la flexibilidad de la anestesia epidural, que permite ajustar la dosis de medicamento según las necesidades de la paciente a lo largo del parto.
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Consta de dos punciones. La primera, para la anestesia espinal, se coloca en el espacio subaracnoideo; la segunda, para la epidural, se aplica en un espacio cerca de la médula espinal y permite la administración continua de medicamentos analgésicos a través de un catéter especial.
“La anestesia espinal-epidural es un procedimiento seguro. No se recomienda en casos de obesidad, cardiopatías, alergia a los anestésicos y/o problemas de coagulación”, advirtió el Dr. Rodrigo Fernández, anestesiólogo del Hospital Ángeles Lomas.
Los efectos secundarios de esta técnica combinada son generalmente leves, poco frecuentes y tratables e incluyen disminución de la presión arterial, náuseas y vómitos, dificultad para orinar y fiebre.
“En algunos casos puede presentarse Cefalea Post Punción Dural (CPPD), un dolor de cabeza que empeora al estar de pie y mejora al acostarse. Se debe a la punción accidental de la duramadre (la membrana que rodea la médula espinal) y puede requerir el regreso de la paciente al hospital para administración de fluidos intravenosos, analgesia controlada y, en algunos casos, la colocación de un parche hemático”, explicó el Dr. Fernández.
El riesgo de CPPD puede reducirse significativamente mediante una buena técnica de punción y el uso de agujas BD Whitacre (agujas punta de lápiz). Se usan para la punción raquídea y han demostrado en estudios independientes una disminución de 13% del riesgo de cefalea post punción dural. Además, su uso es sencillo y facilita la rápida detección del líquido cefaloraquídeo (LCR), el cual fluye cuando se punciona accidentalmente la duramadre.
La incidencia general de la CPPD después de una punción dural intencional varía de 0.1 a 36%. Esto tiene relación con el calibre de punta de lápiz seleccionada. El uso de agujas de punta de lápiz de calibre más estrecho (27G) reduce cinco veces el riesgo de CPPD, en comparación con las agujas de mayor calibre (22G).