Epilepsia y la dieta cetogénica clásica

La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso, en el que la actividad neuronal se vuelve anormal provocando crisis de diferentes tipos y en la mayoría de las ocasiones puede haber una pérdida de la conciencia o estado de alerta.

La forma en que se presentan estos episodios varía de un paciente a otro. Algunas personas pueden tener simples lapsos de ausencia, otras tienen pérdida del conocimiento y temblores violentos.

Las crisis se desencadenan debido a descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales que pueden producirse en diferentes partes del cerebro, pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves. Su frecuencia puede variar desde menos de una al año hasta varias al día.

Los efectos se perciben después de un incidente, existen síntomas temporales como pérdida del conocimiento o desorientación, alteraciones del movimiento y de los sentidos, incluyendo visión, audición y gusto, además de un cambio en el estado de ánimo.

El impacto que tiene la epilepsia sobre el paciente que la padece, la familia y personas que lo rodean es muy alto ya que sigue siendo en pleno siglo XXI una enfermedad estigmatizada que puede repercutir importantemente en su desarrollo e interacción dentro de la sociedad. 

Por ello la importancia de un tratamiento adecuado para el paciente, así como de una promoción de conciencia acerca de las enfermedades neurológicas dentro de las familias y de la sociedad.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 70% de las personas con epilepsia podrían vivir sin convulsiones si se diagnosticaran y trataran adecuadamente.

No obstante, y pese a la variedad de alternativas médicas, una de cada tres personas con epilepsia no responde a fármacos, según datos de la Liga Internacional Contra la Epilepsia (ILAE, por sus siglas en inglés). 

Pese a recibir tratamiento con dos o más medicamentos, los pacientes persisten con convulsiones. A estos casos se les identifica como epilepsia refractaria a tratamiento farmacológico.

Existen alternativas para quienes forman parte de este grupo, como la dieta cetogénica clásica, que ayuda a disminuir las convulsiones en más de un 50%, e inclusive en algunas ocasiones las elimina por completo.

Investigaciones recientes destacan los beneficios de dicho régimen alimenticio en pacientes con epilepsia refractaria, éste consiste en una alimentación muy alta en grasas, muy baja en carbohidratos y normal en proteínas, y debe ser cuidadosamente controlada por un médico o nutriólogo.

Tan solo en México, aproximadamente 2 millones de personas están diagnosticadas con epilepsia, se calcula que el 74% de ellas son menores de 15 años.

De ahí que los menores de edad sean una de las poblaciones más afectadas y por ende la importancia de encontrar alternativas adicionales al tratamiento farmacológico que ayuden a mejorar su calidad de vida y la de las personas que están a su alrededor.

Modificado por última vez enViernes, 24 Abril 2020 05:58

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