Aumenta el embarazo en adolescentes
- Escrito por Redacción
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La violencia de género y, específicamente, la violencia sexual, fueron factores determinantes de los altos números de embarazos en menores de 14 años, concluye un estudio.
En México, el número de nacimientos en niñas de entre 10 y 14 años se incrementó desde 2003, alcanzando su cifra más alta en 2016 con 11,808.
Ipas México, presentó su estudio denominado “Violencia sexual y embarazo infantil en México: un problema de salud pública y derechos humanos”, que analiza las condiciones en las que se da el embarazo infantil en nuestro país.
Comúnmente se piensa que el embarazo infantil es consecuencia de actos deliberados por parte de niñas, niños y adolescentes, decidiendo iniciar su vida sexual a temprana edad, de falta de información o uso o acceso a métodos anticonceptivos.
Sin embargo, el estudio evidenció que un gran número de los embarazos en niñas y adolescentes menores de 15 años no son resultado de decisiones o “actos deliberados” en los que las menores tienen la capacidad para consentir o disentir el acto sexual.
“En efecto, la metodología utilizada por Ipas México, que se basó en el cruce y el análisis de bases de datos de encuestas, diagnósticos y estadísticas nacionales; arrojó que se trata de condiciones ajenas al control de las menores, como: vulnerabilidad, desprotección, abandono, abuso, manipulación, chantaje, relaciones dispares de poder, marginación, pobreza, falta de oportunidades, entre otras, en las que se les retira la posibilidad de negarse al acto sexual provocando una grave violación a sus derechos humanos”, señaló Eliana Olaizola, directora de Ipas México.
La investigación de Ipas México destacó que la diferencia de edad entre las menores de 15 años embarazadas y los hombres responsables del embarazo, llega a ser muy significativa; 70% de las niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años, que tuvieron un hijo nacido vivo, reportaron que el padre tenía entre 18 y 78 años.
No se trata de adolescentes teniendo relaciones sexuales con adolescentes, sino de niñas siendo obligadas, coercionadas o manipuladas por adultos, mediante el uso de la fuerza física o moral, el chantaje, la manipulación y las amenazas en un marco de normalización de la violencia y de la baja efectividad en materia de procuración de justicia.
La investigación destaca, de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH), que 4.4 millones (aproximadamente 9.4% del total de las mujeres encuestadas), sufrieron abuso sexual durante su infancia.
Las cifras señalan que 8 de cada 10 agresores son conocidos de las víctimas, mientras un 67% apunta a familiares como: padre, padrastro, tío, hermano, primo, abuelo, etc.
En materia de procuración de justicia, la investigación señala que el diagnóstico sobre la atención de la violencia sexual en México estima que entre 2010 y 2015 se cometieron cerca de 3 millones de delitos sexuales; esto es, 600 mil por año, incluyendo los que no se denuncian.
Que el 94% de los delitos sexuales que se cometen anualmente no son denunciados y que, por cada violación denunciada, existen 9 que no llegaron a un proceso judicial.
El embarazo en niñas y adolescentes es un problema mundial, de salud pública, de origen multifactorial y que impacta de manera directa el ejercicio de los derechos humanos, el bienestar físico y psicosocial de las mujeres, sus familias y el desarrollo de los países.
“Para poder alcanzar la meta 2030 y el compromiso de erradicar los embarazos en menores de 15 años, es necesario asegurar la implementación de acciones específicas (a nivel del sector salud, educación y procuración de justicia) para identificar y atender situaciones de violencia sexual detrás de cada embarazo infantil”, concluyó Eliana Olaizola.