Fuegos labiales: evita contagios
- Escrito por Redacción
- Publicado en Pareja saludable
- 0 comentarios
El virus del herpes puede presentarse en boca, labios, nariz, mejillas, área genital o, incluso, en los dedos de la mano, informó la Delegación estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Chihuahua.
Este tipo de heridas conocidas comúnmente como “fuegos”, se pueden diseminar de persona a persona a través de utensilios para comer, máquinas de afeitar, toallas o por el contacto directo de la piel.
Comentó que el primer síntoma es la sensación de adormecimiento u hormigueo en alguna parte de la piel, luego aparecen pequeñas ampollas llenas de líquido que ocasionan enrojecimiento, dolor y una herida que puede tardar en sanar de siete a 10 días.
Después de la primera infección, el virus reaparece periódicamente en el sitio original o un lugar cercano a este.
La fiebre, menstruación, demasiada exposición a la luz solar o cualquier baja de defensas en el organismo pueden generar la aparición de este tipo de lesiones que tienen riesgo de contagio, desde el momento que aparece la ampolla, hasta que queda cubierta totalmente por una costra.
Por lo general, el herpes labial desaparece sin tratamiento, sólo se debe procurar guardar reposo, no comprimir, pellizcar o perforar las ampollas y evitar el uso de remedios caseros que pueden causar infecciones en la zona.
La rapidez en la cicatrización de la herida dependerá de las buenas condiciones en las que se encuentre el organismo, por eso es recomendable siempre ingerir abundantes frutas y verduras que proporcionen al organismo las suficientes defensas contra este y otro tipo de infecciones.
Es necesario evitar los besos y contacto físico directo con otras personas mientras estén presentes las ampollas, además de lavarse cuidadosamente las manos para no infectar la herida y trasmitirla a otra área de la piel.
El Seguro Social recomienda a los derechohabientes que en caso de que se presenten episodios frecuentes de activación del herpes, acudan a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) de adscripción para que el médico evalúe la condición y prescriba el tratamiento adecuado.