Depresión en niños, toma nota
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Los especialistas del hospital Massachusetts General Hospital, sostienen que debido a que los niños cambian tanto a medida que crecen, los síntomas de depresión en los jóvenes pueden verse diferentes a los síntomas de depresión en adultos, o incluso comparados con otros niños de diferentes edades.
Se agrega a esto lo que tal vez sea el dilema más obvio: los adolescentes deprimidos a menudo tienen síntomas de depresión atípicos. En lugar de sentirse tristes, pueden sentirse irritables. En lugar de perder el apetito, pueden desear más alimentos ricos en carbohidratos. En lugar de tener dificultades para dormir, pueden dormir todo el tiempo. También pueden manifestar su irritabilidad, con frecuencia, en forma de extrema sensibilidad a las críticas.
Entonces, un niño o adolescente cansado, sensible, irritable, y que come comida chatarra podría estar deprimido, no sólo estar comportándose como un típico adolescente. Es por eso que el problema de los trastornos del estado de ánimo entre los adolescentes puede ser confuso. Se estima que dos de cada 10 niños y jóvenes que viven en la Zona Metropolitana en México presentan síntomas relacionados con la depresión.
Los buenos médicos pasarán una buena cantidad de tiempo separando los desafíos normales del desarrollo adolescente, de la depresión clínica; información como el historial genético familiar y la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban son pistas importantes que ayudan al médico a hacer el diagnóstico adecuado.
A pesar de las diferentes formas en que la depresión puede verse en los jóvenes, en cuanto a la depresión en niños hay algunas generalizaciones:
- Los niños más pequeños deprimidos suelen expresar más quejas físicas que los adolescentes con la misma condición.
- Los dolores de cabeza o de estómago son comunes entre los pre adolescentes deprimidos.
- Los niños más pequeños a menudo exhibirán mayor ansiedad por separación.
Cerca de la adolescencia, los que sufren de depresión clínica, comienzan a parecerse a los adultos con la misma enfermedad, con la excepción de que en general, experimentan más de los síntomas de depresión atípicos mencionados anteriormente.
Los adolescentes tienen más probabilidad de pensar seriamente en el suicidio.
Para complicar más las cosas, los estudios demuestran de manera bastante consistente que los padres a menudo no son conscientes de que sus hijos adolescentes se encuentran deprimidos. Los niños hacen todo lo posible para pretender que están bien debido a las presiones sociales. Una persona con conocimiento de depresión clínica, le hará preguntas directas al adolescente sobre la experiencia de la depresión.
La proporción de niños y niñas con depresión también cambia a medida que los niños crecen. Los preadolescentes tienen tasas similares entre niños y niñas, pero durante la adolescencia, las niñas con depresión superan en número a los niños 2 a 1, y esta proporción persiste hasta la edad adulta. La mayoría de los médicos e investigadores consideran que las diferencias biológicas y culturales entre los diferentes grupos de edad, y entre niños y niñas, juegan un papel en estas variaciones demográficas.
Finalmente, y muy importante, un estado de ánimo deprimido puede representar trastornos psiquiátricos y médicos distintos de la depresión clínica.
Un niño puede estar sufriendo de trastorno de estrés post traumático o experimentando una reacción de adaptación a un evento difícil de la vida, como por ejemplo, la muerte de un miembro de la familia. Además, el estado de ánimo deprimido también puede representar un síntoma de una enfermedad física como enfermedad tiroidea, anemia, mononucleosis o como resultado de desnutrición en condiciones como la anorexia nerviosa.