En marzo de 2020, el mundo se frenó de golpe por la irrupción global de un virus desconocido; era la primera vez que oíamos hablar del coronavirus SARS-COV2, una enfermedad que tan solo unos meses atrás se había originado en China y que el resto del mundo sentía tan lejana, tan ajena.
En el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), es preciso reconocer y exaltar la importancia de la participación de las mujeres en la preservación del medio ambiente. Y es que algo que se visualiza en este ámbito es que quienes lideran los proyectos ambientales, en su mayoría, son mujeres.
Es bien sabido que la química de nuestros cuerpos cambia. A lo largo de nuestra vida, el ADN se codifica para producir las proteínas que regulan la buena labor de los órganos.
Con toda la información sobre cambio climático, calentamiento global y daños ambientales que tenemos a la mano, creemos tener todas las alternativas para disminuir de manera efectiva nuestra huella de carbono. Y una de ellas, lo que en todo momento nos dicen, es ser conscientes en nuestro consumo.
Un tema recurrente en la presente administración es la corrupción en la que incurrieron muchas industrias en el pasado (entre ellas los distribuidores de medicamentos). Constantemente, desde la mañanera del Presidente Andrés Manuel López Obrador, empresas del sector salud salen raspadas. Muchas veces sin pruebas.
Constantemente hemos escuchado hablar del sistema de comercio de emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI), un instrumento de mercado que se emplea en ciertos sectores productivos derivado del acuerdo de París y Protocolo de Kyoto.
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