Trastorno bipolar, ¿hay salida?

  • Escrito por Dra. Laura E. Jiménez Aquino, médico del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, UNAM.
  • Publicado en Opinión
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Destacado Trastorno bipolar, ¿hay salida?

En general nos resulta difícil hablar y entender sobre los trastornos que afectan la mente, sin embargo, existen diferentes enfermedades que alteran nuestras emociones y pensamientos, y que, afortunadamente, en la actualidad se pueden diagnosticar, y en casos necesarios, tratar por medio de medicamentos y abordajes psicoterapéuticos seguros y eficaces.

En esta ocasión por tratarse del Día Internacional del Trastorno Bipolar, nos centraremos en esta enfermedad mental, la cual, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, afecta alrededor de 60 millones de personas en el mundo, tanto a mujeres como hombres, y es la sexta causa de discapacidad. 

Se conmemora el 30 de marzo, pues es la fecha de cumpleaños del pintor Vincent Van Gogh, quien se presume probablemente tenía esta enfermedad, con la intención de generar conciencia mundial sobre los trastornos bipolares y eliminar el estigma social asociado a este padecimiento.

Se trata de una enfermedad del cerebro, crónica y recurrente, las causas exactas de este trastorno aún están identificándose, se sabe que existen factores genéticos, fisiológicos y psicosociales, que intervienen en su origen. 

Generalmente comienza entre los 15 y 30 años de edad, lo que la convierte en una de las principales causas de discapacidad en personas jóvenes. Se caracteriza por fluctuaciones marcadas del estado de ánimo, que alternan entre episodios de manía y de depresión, separados por periodos de estado de ánimo normal. Antes se conocía como trastorno maníaco depresivo. 

Estos episodios de manía y depresión, pueden cursar con alteraciones del pensamiento y del comportamiento que aumentan el riesgo de comportamientos imprudentes y peligrosos.

Durante el periodo de manía, la persona puede sentir mucha energía, felicidad extrema, estar irritable, tener sus pensamientos acelerados, aumento en la locuacidad, problemas de concentración, disminución de la necesidad de dormir, autoestima elevada, disminución del autocontrol, y como se había mencionado, comportamientos imprudentes. 

Los episodios de depresión se caracterizan porque presentan tristeza constante, no disfrutan de realizar actividades, cansancio extremo, disminución o aumento del apetito, culpa, dificultad para concentrarse e insomnio (dificultad para conciliar o mantener el sueño). 

Ambos periodos pueden tener una duración variable de días a meses, y alternar con periodos de normalidad en el estado de ánimo. Existe, además, un tercer estado llamado hipomanía que presenta los mismos síntomas de la manía, pero de menor intensidad, que no suelen llevar a un deterioro en el funcionamiento.    

Existen diferentes tipos de trastorno bipolar:

Trastornos bipolar I: existen manías y puede haber depresiones e hipomanías.

Trastorno bipolar II: hay depresiones e hipomanías (no manías).

Ciclotimia: hay depresiones e hipomanías de intensidad leve a moderada.

Trastorno bipolar inducido o relacionado por sustancias, medicamentos y/o enfermedad médica.

La importancia de incrementar la conciencia sobre esta enfermedad radica en que, se estima, que 7 de cada 10 personas con este trastorno no reciben el diagnóstico ni el tratamiento adecuado.

Es sumamente importante su detección temprana, ya que incrementa 15 veces el riesgo de suicidio en comparación con la población general; se desarrollan adicciones, hay riesgo cardiovascular  y deterioro cognitivo. 

Hasta el momento no se ha encontrado una cura, sin embargo, disponemos de tratamientos eficaces que estabilizan el estado de ánimo en las fases agudas, y que previenen las recaídas, por medio de medicamentos y psicoterapia.

El diagnóstico es clínico, no existen análisis de laboratorio ni imágenes cerebrales que lo confirmen, pero puede ser necesario realizar algunos estudios complementarios para descartar otras enfermedades que pueden causar síntomas similares. 

El retraso en el diagnóstico es uno de los mayores problemas en esta enfermedad, ya que se asocia a una peor evolución, que a su vez conlleva mayor impacto social y laboral, y menor calidad de vida.

Algunas recomendaciones para ayudar a una persona con esta enfermedad:

Recordarle que el apego a tratamiento es fundamental para su recuperación en fase aguda y disminuir el riesgo de recaídas en el futuro

Animar a su amigo/a o familiar a hablar sobre la enfermedad y mostrarse comprensivo.

Ayudarle en aspectos prácticos, como recordarle o acompañarlo/a, a sus controles médicos.

El primer paso hacia una mejor salud mental es hablar de ella.   

Modificado por última vez enLunes, 02 Abril 2018 08:37

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