Échale ojo al etiquetado
- Escrito por Redacción
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Iniciemos este 2021 con intención y enfocándonos en el hecho de que cambiar hábitos obsoletos y perjudiciales, se logra a través de comer con consciencia y no de acuerdo con el piloto automático que todos llevamos dentro, manejado por nuestras emociones y heredado de la cultura, las tradiciones y el marketing.
A partir de octubre del año pasado en México se comenzó a colocar en los alimentos un nuevo etiquetado frontal que consta de sellos octagonales de color negro y que nos indica “ponernos en alerta”.
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El fin principal es el de promover mejores decisiones de compra y contribuir a la mitigación del fuerte problema de obesidad y sobrepeso que sufren los mexicanos desde hace varias décadas. El modelo que eligió México para modificar su norma es el que ya se utiliza en otros países de Sudamérica, como Chile y Ecuador.
El etiquetado frontal busca advertirnos de algunos ingredientes que rebasan los parámetros saludables y que, por lo tanto, debemos consumir con responsabilidad. Estamos hablando principalmente de azúcares libres, grasa saturada, sodio y grasa trans, que pueden haber sido añadidos por el fabricante o ser nutrimentos que contiene el producto en sí mismo.
“Si estamos alertas y buscamos ser más conscientes de lo que comemos, será más fácil comprar alimentos reales y que nos nutren, e ir dejando de lado alimentos ultraprocesados que nos inflaman y enferman. En ese sentido, el etiquetado frontal es un recordatorio que nos ayuda a decidir si queremos comprar o no ese producto que tenemos en las manos.
“Estando más atentos y no en piloto automático al hacer las compras, podremos tomar mejores decisiones en cuanto a nuestra alimentación”, dijo Matías Marchetti, nutriólogo especialista en cambios conductuales de la familia y en el deporte.
Qué nos indican los sellos
Nos facilitan una mejor elección entre productos de la misma categoría, aunque no nos indican qué tanto rebasa el contenido de algún nutrimento. Tampoco nos indican el aporte de nutrimentos positivos como fibra o vitaminas. Para conocer estos datos hay que referirse a la etiqueta en el reverso de los productos, que contiene muchos más detalles.
Por ejemplo, si comparas entre cereales de diferentes marcas y hay una con dos sellos y otras con tres sellos, esto indica que el producto con dos sellos es un poco mejor que los otros. Pero cuando todos los cereales tienen tres o más sellos, será necesario ir a ver los detalles en la etiqueta del reverso y probablemente lo mejor será evitar adquirir dichos productos.
Cuando comparamos, por ejemplo, el exceso de sodio en diferentes categorías de productos es muy importante revisar la porción que se está considerando en cada alimento porque son muy distintas entre sí, y es muy fácil confundirse.
Usa tu sentido común
Hay productos que deberían tener sellos y no lo tienen. Estas excepciones se dan cuando el alimento contiene un solo ingrediente; por ejemplo, la miel de abeja, que, aunque sabemos que tiene azúcares y calorías en exceso, no presentará sellos por esta singularidad en la norma.
“En el caso de las excepciones como la miel de abeja o cuando vemos productos industrializados con un solo sello, no hay que asumir que solo por esto son buenos. Por ejemplo, si encontramos unas botanas o frituras industrializadas con un solo sello, usemos nuestro sentido común: ¡cualquier botana frita ultraprocesada es alta en grasas y sodio!
Por lo que hay que evitarlas independientemente de cuántos sellos tengan”, enfatiza Matías Marchetti, nutriólogo inventor del método de nutrición y bienestar MarchettiRules.