La importancia de la luz en el diagnóstico médico

Iluminar no sólo es “alumbrar” con un bombillo como lo hacían los médicos en la antigüedad; hoy en día, gracias a la tecnología existen varios tipos de luces que se distinguen por su intensidad, blancura, temperatura y duración. De los bombillos incandescentes se pasó a la luz halógena y más recientemente a la luz LED.

Esta última tiene muchos beneficios en comparación a otros tipos de luces. Tienden a durar más tiempo reduciendo las inconvenientes interrupciones por reemplazo del bombillo, usan menos energía y mantienen la intensidad lumínica mejor que los bombillos halógenos tradicionales.

Sin embargo, en el diagnóstico médico no siempre mayor brillo y blancura significa mejoría. Una luz adecuada es la que permite visualizar el color real de lo que se va a examinar y es vital en la observación. Ejemplos son el examen de la cavidad oral o el de la retina y el oído.

Welch Allyn cuenta con una trayectoria de 100 años en materia de iluminación médica y ha patentado la tecnología SureColor en sus bombillos LED, que permite reducir la intensidad para disminuir el deslumbramiento, mejorando la comodidad del paciente y el examinador, reduciendo las molestias de luces muy brillantes y, al mismo tiempo, manteniendo el color y la claridad del campo de visión.

Adicionalmente, los bombillos LED con tecnología SureColor están optimizados para cada aplicación clínica deseada a fin de facilitar la detección de anomalías que resultan en diagnósticos, tratamientos y resultados eficaces. Es el caso de los bombillos LED para los otoscopios y oftalmoscopios, ofrecen una durabilidad tres veces superior a los bombillos halógenos convencionales con cada carga de un mango recargable de Welch Allyn y están calibrados para que la temperatura del color y el brillo provean los beneficios de la luz LED sin alterar la imagen con la que el médico está familiarizado.

Saber escoger la mejor luz es una de las habilidades que necesitas a la hora de realizar un examen físico exitoso.