Cuidados para el Pie Diabético

Un "Pie diabético" es cualquier lesión que comprometa la integridad del pie (por debajo de los tobillos), en un paciente que padece diabetes. Es una de las complicaciones más devastadoras de esta enfermedad, ya que puede llegar hasta la amputación.

            El principal mecanismo que causa el pie diabético es el daño en los nervios. Con el tiempo, los niveles altos de glucosa en sangre interfieren con la capacidad de los nervios para transmitir mensajes, lo que provoca que se pierda la capacidad de percibir el dolor y la presión en los pies. Es posible que el paciente no sienta una cortadura, una ampolla o una úlcera.

El número de casos nuevos de Diabetes, a nivel mundial, ha ido en aumento. En México,se encuentra entre las primeras causas de muerte. Existen aproximadamente 6.4 millones de personas en nuestro país que padecen diabetes y alrededor de 128,000 de estos pacientes, ya han perdido una extremidad a causa de ello.

En el Instituto Mexicano del Cuidado Avanzado en Heridas (IMCAH), contamos con una prevalencia de Pie Diabético del 30%. La mayoría de nuestros pacientes con diabetes tienen entre 40 y 59 años de edad, momento de mayor productividad de vida. Sin embargo, la situación más alarmante sobre la diabetes en nuestro país es que la mitad de las personas ni siquiera saben que padecen esta enfermedad.

            Si usted desconoce si tiene diabetes, le sugiero acudir con su médico de cabecera. Él le mandará los laboratorios correspondientes para determinar si tiene o no la enfermedad. Algunos de los síntomas que lo pueden hacer sospechar de que padezca esta enfermedad son: necesidad frecuente de orinar, sed insaciable, pérdida de peso o fatiga. Sin embargo, puede usted no haber notado estos síntomas y tener diabetes. Entonces, aún sin la presencia de síntomas, es necesario que hagamos los estudios correspondientes.

Los laboratorios deben hacerse por lo menos una vez al año. Si usted cuenta con familiares directos (abuelos, padres, hermanos, tíos en primer grado), las pruebas de laboratorio se deberánn hacer cada 6 meses; ya que esto aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad. Además de los laboratorios, debemos ser conscientes en la calidad de nuestra dieta, aunque los exámenes de laboratorio sean negativos.

            Afortunadamente, es prevenible siguiendo estas simples medidas:

  1. Inspeccione diario sus pies: de arriba a abajo, por debajo y entre los dedos. Si no alcanza a ver sus pies, puede ayudarse de algún familiar o de un espejo. Ponga atención en: cambios de coloración en la piel (rojo, negro, azul o morado), presencia de callos o úlceras, salida de líquido o mal olor.
  2. Utilizar zapatos y calcetines especiales para diabético disminuirá sus posibilidades de presentar una úlcera. Éstos no deberían de apretar: el zapato debe ser cómodo, el calcetín de algodón y sin costuras. Si compra zapatos nuevos, úselos los primeros días por breves horas para asegurarse de que éstos no le molestan. Revise sus zapatos diariamente: colóquelos de forma vertical y golpee la punta. Si se encuentra algún objeto dentro de ellos, éste puede caer libremente. Pida ayuda a un familiar para que toque el interior del zapato y se asegure de que no tengan bordes cortantes. Existe la posibilidad de que los nervios de la mano también estén dañados, por lo que introducir su mano para revisarlos, no servirá.
  3. Corte sus uñas de forma lineal en el centro y redondee las esquinas para evitar que éstas se entierren. Acuda a un Ortopedista, para que le sugiera el uso de plantillas que corrijan su forma de pisar.
  4. Lave sus pies con agua templada y jabón neutro. Aunque haga frío, no use agua caliente. Debido a la pérdida de sensibilidad, puede no detectar que la temperatura es demasiado alta y quemarse. Seque con toalla dando palmadas, no olvidándose de secar perfectamente entre sus dedos.
  5. Lubrique con una crema no perfumada. No coloque crema entre los dedos.
  6. No camine descalzo. Puede pisar algún objeto y no percatarse de ello.
  7. Los ejercicios con los pies favorecen la circulación y mantienen la flexibilidad.
  8. El control de la Glucosa previene el daño en los nervios; y de ocurrir una úlcera, reduce el riesgo de una amputación.
  9. Deje el tabaco. El fumar reduce la circulación hacia sus pies.
  10. No dude en acudir a un médico calificado en cuanto note cualquier cambio en su pie. En este tipo de padecimientos, el tiempo es oro.

            Es muy importante aprender acerca del cuidado de los pies para mantenerlos lo más sanos posible. Puede tomar tiempo y esfuerzo forjar los hábitos del buen cuidado de los pies, pero el autocuidado que usted brinde es esencial para su pronóstico.

La Dra.. Sandra Lorena Torres es Médico Especialista Adjunto en Cuidado de Heridas del Instituto Mexicano del Cuidado Avanzado de Heridas.

Modificado por última vez enJueves, 16 Junio 2016 12:34

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