A la deriva, vales de despensa en la CDMX
- Escrito por Redacción
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El eslogan "Ciudad Innovadora y de Drechos: Nuestra Casa", campaña que acompaña toda publicación y evento de la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Scheimbaum, no se está aplicando en el proceso que sigue la licitación pública de vales de despensa SAF-DGRMSG-LP-08 por 3,852 millones de pesos.
En este “plan ensuciado” de prestación para los trabajadores de la Ciudad de México, están detrás Sergio Lopez Montecino, Director General de Administración de Personal, y Yessica Luna, Directora General de Recursos Materiales.
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Esto luego de que en la transmisión en vivo por Youtube de la junta de aclaraciones del pasado 12 de Noviembre y la subsecuente junta de presentación de propuestas el jueves 18 de Noviembre, dejó evidente la corrupción e impunidad, pues los funcionarios olvidaron que la transparencia deja evidencia.
En la transmisión, Lopez Montecino hizo uso de sus facultades para declarar desierta la licitación ante la sorpresa de representantes de más de las 110 unidades administrativas de la CDMX, la prensa y observadores independientes que la siguieron en vivo. No se olvide que es la madre de todas las licitaciones, peroha estado salpicada de sospechas por los últimos dos años.
El interés colectivo de los más de 300 mil trabajadores pasaron a segundo plano por el atropello de Lopez Montecino para favorecer a la empresa Servicios Broxel, de Jose Antonio García León, quien ganó la licitación los últimos dos años.
El argumento intransigente fue que los licitantes deberían exhibir un contrato comercial con la cadena de tiendas de gobierno llamadas Superissste, condición que no formó parte de las bases de la licitación que fueron publicadas por la Secretaría de Finanzas de la CDMX, el pasado 8 de Noviembre, y que están disponibles para consulta, violando así la Ley de Adquisiciones de la Ciudad de México vigente.
Luego de ser declararla desierta, el pasado viernes 19 publicaron una nueva licitación con modificaciones a las bases que de nuevo favorecen a Broxel, dejando a la deriva los vales de despensa de trabajadores de la ciudad, y todo ello frente a la indiferencia de Edwin Meraz, auditor superior de la CDMX.
