Diversidad microbiana, niños 100% sanos

Una mayor diversidad microbiana en el tracto intestinal de niñas y niños podría potenciar la efectividad de las vacunas, específicamente aquellas contra rotavirus, poliomielitis, tuberculosis, tétanos y hepatitis B, lo que confirmaría la importancia de la microbiota intestinal en los procesos de inmunización durante la infancia.

En vísperas de la Semana Mundial de la Inmunización —del 24 al 30 de abril—, la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que, aun cuando se trata de una de las intervenciones sanitarias de mayor éxito y rentabilidad, en el mundo todavía hay más de 19 millones de niños no vacunados o vacunados de forma incompleta, por lo que corren un serio riesgo de contraer enfermedades potencialmente mortales.

Esta situación se vuelve más grave en los países en vías de desarrollo, donde la malnutrición compromete una respuesta inmune adecuada, lo que explicaría que la tasa de respuesta a ciertas vacunas infantiles fuera más baja, señala Dr. Alfredo Madrigal, especialista del laboratorio Biocodex México.

“Las bacterias nativas de nuestro organismo pueden ayudarnos a determinar nuestra respuesta inmunitaria a las distintas vacunas. Una microbiota sana y diversa propiciará mejores resultados en los procesos de inmunización”, dijo.

De acuerdo con la OMS, la inmunización previene de dos a tres millones de defunciones al año, pero se calcula que podría evitar otro millón y medio de fallecimientos por lo que, bajo el lema “Protegidos colectivamente, #LasVacunasFuncionan”, el organismo hace un llamado a gobiernos, promotores y población en general a redoblar esfuerzos rumbo a la ampliación de la cobertura vacunal.

En ese contexto, el Dr. Madrigal destaca el papel de la comunidad científica en el desarrollo de nuevas y mejores vacunas, pero también de alternativas que contribuyan a que den mejores resultados.

“Un conocimiento más profundo de los microorganismos que viven en nuestro interior podría ayudar a los científicos a aumentar notablemente la eficacia de las vacunas, lo que se traduciría en miles de vidas salvadas. Por ahora, ya se estudia la posibilidad de administrar suplementos probióticos antes de la vacunación, tanto en el caso de niños como de personas de la tercera edad”, expuso.

Presentes en productos lácteos y alimentos fortificados, pero también en comprimidos, cápsulas y sachets, los probióticos son microorganismos vivos —en especial, el de origen natural desarrollado a partir de la levadura Saccharomyces boulardii CNCM I-745— que contribuyen al cuidado y fortalecimiento de la microbiota intestinal.

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