La salud en la era de la tecnología
- Escrito por Dr. Gerardo Barroso, director de la Clínica Nascere
- Publicado en Bienestar 24 horas
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Hablar de la tecnología robótica principalmente de su empoderamiento dentro del área de la salud, ha sido un parte aguas en el ámbito quirúrgico. El uso de esta tecnología permite al cirujano realizar procedimiento de forma más precisa, a control remoto y con un mínimo de invasión.
Esta innovación se ha convertido en el apoyo que el médico necesitaba para lograr incisiones menores, minimizar las pérdidas sanguíneas, reducción del dolor, y acortar el tiempo de recuperación.
La expansión de la cirugía robótica es algo más que un fenómeno de mercadotecnia, por una parte, optimiza el desempeño quirúrgico con ayuda de instrumentos articulados que se doblan y rotan mucho más que la mano y un sistema quirúrgico 3D HD aumentada; aporta los beneficios de la cirugía abierta y laparoscópica, pero disminuye en gran porcentaje las deficiencias encontradas en cada una de ellas.
El primer sistema robótico se llamaba Arthrobot y fue inventado en 1982 por el cirujano canadiense James McEwen. Arthrobot recibía órdenes a través de un software de reconocimiento de voz y apoyaba en cirugías de rodilla, en la que el robot hacía que la pierna del paciente girase, subiese o bajase a necesidad del Dr.
Desde Arthrobot han pasado 30 años y el sistema robótico ha experimentado varias evoluciones. Hoy en día nos encontramos con el sistema quirúrgico da Vinci (Intuitive Surgical Inc., Sunnyvale, California), el cual fue utilizado por primera vez en 1998 y aprobado por la FDA en el 2000. Desde entonces ha proporcionado una nueva opción a más de tres millones de pacientes mundialmente.
El sistema quirúrgico da Vinci (Intuitive Surgical Inc.) hoy en día se utiliza en el 76% de las Histerectomías por patología maligna y en el 33% por patología benigna en los Estados Unidos.
Se han generado declaraciones de sociedades científicas de alta credibilidad como son el American College of Obstetricians and Gynecologist (ACOG) y la Advancing Minimally Invasive Gynecology Worldwide (AAGL), para que la vía abierta sea la última opción, principalmente en procedimientos ginecológicos, donde la fertilidad subsecuente se ve altamente comprometida.
Si me preguntaran, ¿es mejor operarse con el sistema quirúrgico da Vinci? con más de 20 años de experiencia quirúrgica puedo afirmar que para la mayoría de las pacientes es su mejor opción, especialmente para aquellas mujeres con características físicas que dificultan el acceso por laparoscopia.
El sistema quirúrgico da Vinci proporciona un manejo más sutil y amigable de los tejidos, generando menor daño en comparación con otros procedimientos; disminuye el sangrado transoperatorio, baja probabilidad de transfusión sanguínea, permite preservar la fertilidad en pacientes sometidas a miomectomías, ya que se realiza cierres de múltiples capas más duraderos, y ofrece recuperación en un periodo de tiempo mínimo.
Durante mi formación médica he vivido la transición de la cirugía, rompiendo con el paradigma: “un gran cirujano hacia grandes incisiones”, el inicio de la cirugía de mínima invasión generó múltiples cambios, pero comprometía la visión y la libertad de movimiento.
Con el sistema quirúrgico da Vinci se eliminaron estas limitaciones, gracias a los 7°de movimiento en sus tres brazos con excelente autonomía y eficiencia quirúrgica, un sistema de visión de con un endoscopio 3D HD y un equipo de procesamiento que proporciona imágenes reales de la anatomía del paciente, así como un perfecto control de la cámara.
Hablar de tecnología no es hablar de a dónde nos está llevando, sino que es lo que queremos de ella y como nos puede ayudar a mejorar los procesos desde la sala de operación, hasta la recuperación de los pacientes, es una suma multidisciplinaria que involucra la medicina con procesos tecnológicos que generaran una mejor aplicación del escenario de la salud y con esto mejorar el estimado y la calidad de vida.