Prueba salival puede descubrir el Parkinson
- Escrito por Redacción
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Los científicos de Mayo Clinic en Arizona y del Instituto Banner Sun para Investigación sobre la Salud determinaron que analizar una parte de la glándula submaxilar de una persona puede ser una manera de diagnosticar pronto la enfermedad de Parkinson. El estudio se publicó durante febrero en Movement Disorders (Trastornos del Movimiento), la revista oficial de la Sociedad Internacional de la Enfermedad de Parkinson y de los Trastornos del Movimiento.
Actualmente no existe ningún análisis capaz de diagnosticar con exactitud la enfermedad de Parkinson, pero los científicos creen que un procedimiento llamado biopsia transcutánea de la glándula submaxilar puede brindar la exactitud necesaria. El análisis implica introducir una aguja en la glándula submaxilar, por debajo de la mandíbula, para luego extraerla a fin de obtener el centro del tejido glandular. Los científicos buscaron una proteína en las células de los enfermos de Parkinson en etapa temprana y la compararon frente a sujetos que no padecían la enfermedad.
“Este es el primer estudio que demuestra el valor de analizar una parte de la glándula submaxilar para diagnosticar a una persona viva que padece la enfermedad de Parkinson en etapa temprana. El hecho de diagnosticar mejor a los pacientes vivos representa un gran paso adelante en el esfuerzo por entender y tratar mejor a los pacientes”, comenta el autor del estudio, Dr. Charles Adler, neurólogo y profesor de neurología en Mayo Clinic de Arizona.
El estudio -financiado por la Fundación Michael J. Fox para Investigación sobre la Enfermedad de Parkinson- abarcó a 25 pacientes que sufrían la enfermedad durante menos de cinco años y 10 sujetos de control que no padecían la afección. Las biopsias se obtuvieron de la glándula submaxilar, que es la encargada de la producción de saliva, y fueron realizadas como procedimiento ambulatorio por el Dr. Michael Hinni y el Dr. David Lott en Mayo Clinic de Arizona. El Dr. Thomas Beach, coautor del estudio y neuropatólogo del Instituto Banner Sun para Investigación sobre la Salud, examinó el tejido obtenido mediante la biopsia en busca de pruebas de la presencia de la proteína anómala de la enfermedad de Parkinson.
“Este procedimiento permitirá diagnosticar con mucha más exactitud la enfermedad de Parkinson de lo que ahora es posible. Una de las posibles repercusiones más importantes de este resultado se observará en los ensayos clínicos, porque actualmente algunos pacientes que participan en ensayos clínicos para la enfermedad de Parkinson no necesariamente padecen esa afección, lo que presenta un gran impedimento para probar nuevas terapias”, agrega el Dr. Beach.
Se detectó la proteína anómala de la enfermedad de Parkinson en 14 de los 19 pacientes de quienes se obtuvo suficiente tejido para el estudio, hecho que aporta resultados positivos que ameritan más estudio. El equipo de investigación anteriormente demostró que la biopsia logró detectar la proteína en 9 de 12 pacientes con enfermedad avanzada.
“El presente estudio brinda la primera prueba directa respecto al uso de las biopsias de la glándula submaxilar como análisis de diagnóstico en pacientes vivos con enfermedad de Parkinson en etapa temprana. El resultado puede ser sumamente útil para los enfermos de Parkinson en etapa temprana porque la exactitud del diagnóstico en esos pacientes no es ni remotamente igual de buena que en quienes la padecen por más de 10 años”, afirma el Dr. Adler.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo del sistema nervioso que afecta el movimiento, así como el sueño, la marcha, el equilibrio, la presión arterial y el sentido del olfato. Ésta se desarrolla de forma gradual y, a veces, empieza con un temblor apenas perceptible en una de las manos. Si bien el temblor puede ser el signo más conocido de la enfermedad, el trastorno también suele ocasionar rigidez o lentitud en los movimientos. Actualmente, el diagnóstico se establece en base al historial médico, la revisión de los signos y síntomas, el examen neurológico y el descarte de otras afecciones. En un estudio anterior, los doctores Adler y Beach descubrieron que hasta 45 por ciento de los pacientes pueden ser mal diagnosticados al inicio de la enfermedad. Si bien la enfermedad de Parkinson no tiene curación, los síntomas pueden mejorar considerablemente con medicamentos.