Ludópata, no es cosa de juego
- Escrito por Redacción
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Jugar es parte importante de la vida, en todo momento, no sólo para el desarrollo del ser humano durante la infancia, sino también a lo largo de su existencia.
Esta actividad nos permite desenvolvernos en un pequeño apartado de realidad, con reglas y objetivos diferentes a los del mundo real. Nos permite entretenernos y divertirnos por un rato, olvidándonos del mundo de afuera y enfocándonos en ese pequeño mundo creado exclusivamente para el juego.
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Es positivo para nuestra mente y nuestras emociones seguir encontrando momentos para jugar sanamente, así tengamos cinco, quince, treinta u ochenta años, pero… ¿hasta qué punto incluso “jugar” se torna negativo? Como todo en la vida, los excesos de cualquier cosa son malos, y ese exceso de juego puede convertirse en una adicción: la ludopatía.
“Un ludópata es aquel que muestra signos muy parecidos a un drogodependiente, sólo que, en vez de tener dependencia y necesidad de una sustancia, la tiene hacia el juego. A la larga, puede perder su dinero, dejar de lado sus responsabilidades y su vida social con tal de llenar su primera necesidad por jugar”, dijo Reyna Khabie, directora y fundadora de Emotions Life Center.
Por lo general y hasta ahora, la ludopatía no surge de cualquier tipo de juegos, sino en aquellos que tienen una cierta “capacidad adictiva”, es decir, que genera rápidamente una sensación placentera o que ayuda a la persona a escapar de una realidad que no le gusta. Por eso, sólo suelen ser aquellos juegos de apuesta o de rol online los que suelen causar adicción.
La recurrencia excesiva al juego se vuelve patológica cuando la persona ya no entiende de límites a la hora de decidir si hacerlo o no, ya que su adicción se convierte en primera necesidad, además de tener que ir aumentando la conducta en busca del mismo resultado para satisfacerse a sí mismo.
Como toda adicción, la ludopatía puede surgir para llenar vacíos, por problemas sociales o psicológicos, por un entorno que empuja, incita o invita a ello, o como consecuencia de una predisposición genética. No tratarla o no tomársela en serio puede derivar en el abandono de la vida laboral y social, problemas económicos, trastornos de ansiedad y depresión, y cambios en la personalidad. Por eso es importante tratar la ludopatía como lo que es: una adicción.