Uno de los grandes cuestionamientos que nos hacemos de forma constante es ¿qué tipo de piel tengo?, esto se debe a que muchas veces confundimos ciertas reacciones que nos llevan a elegir cremas, sueros y jabones de forma incorrecta, aumentando las molestias.

Muchas personas aseguran tener piel sensible y aunque no lo creas, tiene que ver con los productos que utilizan en casa, ya que, al entrar en contacto con ellos, aparece ardor, escozor, picazón, enrojecimiento y tirantez.

Se trata de un padecimiento más común de lo que creerías; afecta al 5% de la población general. De hecho, factores como el frío, estrés y los desajustes hormonales, pueden beneficiar su desarrollo y gracias a sus características puede llegar a confundirse con caspa.

El potencial de hidrógeno o pH es un término que escuchamos muchísimo y del que no siempre tenemos claridad al respecto; este nos indica el grado de acidez que existe en nuestro organismo y se mide en una escala que va del 0 al 14. Nuestro pH ideal debe mantenerse entre 4.5 y 5.5.

Usa avena molida muy fina que genera un emoliente capaz de suavizar o calmar la piel irritada. Sucede porque este grano es rico en grasas, proteínas, vitaminas y minerales que son benéficos para reparar la piel.