La disrupción en las cadenas de suministro y la suspensión de actividades productivas vista por una pérdida de mano de obra disponible durante la emergencia por Covid-19 repercutió de manera inédita en un incremento de precios de hasta 36% en productos de consumo básico y de higiene, provocó un desabasto de productos de cuidado y personal en tiendas de autoservicio y e-commerce y redujo las líneas de producción en un 56% de la industria automotriz y eléctrica.