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Historia de Pablo, un ‘seguro’ hizo la diferencia

Destacado Fernanda Calva Fernanda Calva

Como agente de seguros sé que mi carrera ayuda a las personas a tener un presente tranquilo y un futuro prometedor, sin embargo, esta historia hizo que mi profesión cobrara un mayor sentido.

Hace 4 año conocí a Pablo, él tenía 27 años y trabajaba en una empresa mediana. Cuando le ofrecí asesoría, él no le encontraba sentido a protegerse ya que era joven, estaba sano, nadie dependía de él, y no “pensaba” enfermarse ni morirse pronto.

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Un año después me buscó y conocí a su prometida, Ana. Les ayudé a tomar las riendas en su “vida adulta” y contrataron un seguro de Gastos Médicos Mayores (GMM), Seguro de Vida y Plan de Retiro.

Dos años más tarde se casaron y tuvieron a su hijo, Íker. Pablo cambió de trabajo y canceló su seguro de GMM porque lo tendría como prestación. Tras una reunión con él para revisar las condiciones de su nuevo seguro notamos que sólo tenía 300 mil pesos de cobertura; situación que le sorprendió y lo dejaba intranquilo.

Le expliqué que un seguro de GMM como “prestación” es “rentado”, si dejas el trabajo quedas sin protección y si tienes un siniestro bajo esa póliza empresarial, podría no cubrirte esa enfermedad después. Entendiendo esto, Pablo contrató una extensión personal a su póliza para así cubrir cualquier enfermedad que le ocurriera mientras tenía ese empleo.

El 3 de mayo recibí una llamada, era Ana angustiada. Pablo había sido diagnosticado con Covid-19 y sería hospitalizado. Ella sabía que ya no tenían el seguro conmigo, pero me pidió apoyo con los trámites porque se sentía más cómoda. A pesar de ser joven, se complicaron las cosas y tuvieron que intubarlo. Comenzaron a utilizar el seguro empresarial y la cuenta subió rápidamente. Fui al hospital para hablar con Ana, me platicó lo ocurrido y su preocupación por un posible contagio de ella o su bebé.

Empezó a llorar porque se acababa de enterar sobre la limitada cobertura del seguro empresarial y le dije “no te preocupes, revisé el tema con Pablo y me contrató una extensión, ¿no te platicó?”. Aún siento escalofríos al recordar su cara. Levantó la mirada sorprendida y me dijo “¿cómo?”. Ana no lo sabía y pensaba que tendría que cubrir los gastos una vez que se terminara la cobertura del seguro empresarial.

“Me siento más tranquila ahora, tenía cargadas dos piedras gigantes en la espalda: la recuperación de mi esposo y el pago de la cuenta. Ahora sólo tendré que preocuparme por la primera”, me dijo.

Tras 14 días de hospitalización, Pablo fue dado de alta, regresó a casa y con tratamiento, hoy está completamente sano, además de que Ana e Íker no se contagiaron.

Por mi trabajo recibo un “salario”, pero lo que realmente me motiva son estas historias y las “gracias” sinceras de mis clientes. Conmigo, ellos saben que sólo tienen que preocu- parse por lo importante, la salud de sus seres queridos, de su protección me encargo yo.

El autor es experta en seguros. Redes sociales: Facebook Planeaciónfinancieramx / Correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

 

Modificado por última vez enViernes, 17 Septiembre 2021 05:26
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