El ABC de la hepatitis
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¿Qué tal que presentarás síntomas parecidos a la gripe pero que en realidad fueron algo más que un virus común? Malestares vagos como la sensación general de no estar bien, fiebre, dolores musculares y pérdida del apetito pueden ser señales de hepatitis, una inflamación del hígado.
Algunos tipos de hepatitis pueden volverse crónicos y causar un daño hepático extenso, cirrosis (cicatrización potencialmente mortal), cáncer de hígado y fallo hepático.
“Hay varios factores que pueden causar hepatitis, pero en países como Estados Unidos, el culpable habitual es una infección viral por una de tres cepas diferentes: hepatitis A, B o C”, explica el Dr. Rashid Khan, gastroenterólogo-hepatólogo en Houston Methodist.
Hepatitis A
El virus de la hepatitis A suele transmitirse cuando una persona infectada no se lava las manos después de ir al baño y luego manipula los alimentos que consume. En la mayoría de las personas, el hígado se recupera completamente en un plazo de uno a dos meses.
La vacuna contra la hepatitis A está recomendada para:
- Todos los niños
- Personas con enfermedades hepáticas
- Trabajadores de guarderías
- Miembros del hogar de personas infectadas
- Viajeros internacionales
Hepatitis B
El virus de la hepatitis B se transmite por contacto con sangre, saliva, semen o secreciones vaginales de personas infectadas. Las mujeres embarazadas deben hacerse la prueba de hepatitis B porque pueden transmitir el virus a sus bebés durante el parto.
En la mayoría de los adultos, la infección se resuelve en un plazo de seis meses, momento en el cual muchas personas desarrollan inmunidad al virus. El tratamiento de la hepatitis B crónica puede incluir medicamentos y monitoreo continuo del estado del hígado.
La vacuna contra la hepatitis B está recomendada para:
- Todos los bebés y niños
- Pacientes en hemodiálisis
- Personas con enfermedades hepáticas
- Viajeros internacionales
- Trabajadores de la salud, de emergencias o de centros penitenciarios
Hepatitis C
El virus de la hepatitis C puede causar una infección aguda o crónica del hígado.
“Es el tipo más común de hepatitis crónica en EE. UU. y se transmite por exposición directa a sangre infectada”, explica el Dr. Khan.
Aunque no existe una vacuna contra la hepatitis C, tanto la forma aguda como la crónica de la enfermedad pueden curarse con el uso de antivirales de acción directa recetados por su médico.
Tu médico puede recomendarte hacerte la prueba de hepatitis C si:
Nació entre 1945 y 1965
Recibiste una transfusión de sangre o un trasplante de órgano antes de 1992.
Recibiste factores de coagulación (usados por personas con hemofilia) antes de 1987
Tienes o tuviste tatuajes o perforaciones corporales
Has usado o usas drogas inyectables y comparste agujas
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis?
Las distintas formas de hepatitis comparten algunos síntomas comunes, que incluyen:
- Fatiga
- Pérdida del apetito
- Náuseas y vómitos
- Diarrea
- Ictericia, o coloración amarilla en la piel y los ojos.
- Dolor o malestar abdominal
- Orina de color oscuro o heces de color claro