Nueve de cada diez personas

El cáncer de vejiga es el cuarto cáncer más común en la población mexicana y es cuatro veces más frecuente en el sexo masculino que en el femenino y, a pesar de ello, es uno los más desconocidos.

El 90% de los casos se desarrolla en individuos mayores de 55 años, aunque esta estadística no debe eximir a los adultos jóvenes y a los niños que presenten algún síntoma alusivo a esta neoplasia.

Más del 90% de los tumores uroteliales se originan en la vejiga, 8% en la pelvis y el 2% en la uretra. Las razones por las que se desarrolla esta neoplasia son variadas, influyen factores medioambientales, moleculares y endógenos.

Algunos factores de riesgo son: la edad, el tabaquismo, café, edulcorantes, alcohol, concentraciones de algunas moléculas volátiles derivadas del proceso de potabilización en el agua de la llave y la genética de cada persona.

Los síntomas más comunes de una persona con cáncer de vejiga son problemas como dolor y obstrucción urinaria. Esta sintomatología puede indicar otros padecimientos, por lo que es más recomendable realizarse una cistoscopia, examen que permite la inspección del interior de la vejiga y de la uretra para detectar irregularidades.

Los posibles tratamientos para una persona con cáncer de vejiga son: cirugía, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia, la mejor opción depende de las condiciones personales del paciente tales como: la edad, la etapa en la que sea diagnosticado, la utilidad que tendrá la terapia de manera individual y la opinión médica acerca de los posibles efectos adversos.

En la actualidad, gracias a los avances de la ciencia, la inmunoterapia se ha convertido en el cuarto pilar para brindar tratamiento contra diferentes tipos de cáncer, entre ellos el de vejiga, esta terapia ayuda al sistema inmune del paciente a detectar y eliminar las células cancerígenas sin atacar a las células sanas.

La inmunoterapia, utilizada para el tratamiento de cáncer de vejiga, se destaca en comparación de las otras terapias por: mejorar la calidad de vida de los pacientes, evita el deterioro asociado a síntomas de los pacientes y mejora la supervivencia global y tasas de respuesta de los pacientes.

La toxicidad de la inmunoterapia para pacientes con cáncer de vejiga es muy baja, en comparación con la quimioterapia, la cual era la terapia estándar para atender dicha neoplasia.

Derivado de efectos secundarios como la pérdida de peso y cabello, 40% de los pacientes suspenden el tratamiento de quimioterapia por toxicidad, mientras que con la inmunoterapia las probabilidades de abandono son tan sólo del 8% pues la mayor parte de sus efectos secundarios son tratables.

Modificado por última vez enJueves, 18 Octubre 2018 06:41

Deja un comentario

Asegúrate de llenar la información requerida marcada con (*). No está permitido el código HTML. Tu dirección de correo NO será publicada.

logo-nosotros

RH Editores produce y comercializa la revista de Salud Factor RH. La edición es mensual.

Correo de publicidad: