Algunas terapias para enfermedades autoinmunes afectan médula ósea
- Escrito por Redacción
- Publicado en Bienestar 24 horas
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Investigadores de Mayo Clinic descubrieron que la azatioprina, fármaco comúnmente utilizado en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes, puede aumentar el riesgo para neoplasias mieloides. Las neoplasias mieloides incluyen una gama de trastornos potencialmente mortales de la médula ósea, tales como los síndromes mielodisplásicos y la leucemia mieloide aguda. Los resultados se publicaron en la Revista JAMA Oncology.
Los científicos analizaron más de 40 000 casos de pacientes con 27 enfermedades autoinmunes comunes, como lupus y artritis reumatoide, entre otras, que fueron tratados durante más de una década en Mayo Clinic. Se identificaron 86 pacientes con neoplasia mieloide relacionada con la terapia. Se obtuvieron datos detallados sobre la exposición a cada fármaco, la duración y las características de la enfermedad y se compararon con pacientes autoinmunes sin trastornos de la médula ósea —carentes de síndromes mielodisplásicos o leucemia mieloide aguda—. Los resultados concluyeron que solo la azatioprina se asoció estadísticamente y de manera significativa con un mayor riesgo de neoplasia mieloide relacionada con la terapia. Sin embargo, otros agentes utilizados mostraron una tendencia similar que no fue estadísticamente significativa.
“Ya se ha documentado sobre otras asociaciones similares en informes de casos y series de casos, pero esto nunca se había evaluado en una amplia gama de enfermedades autoinmunes y con tantos pacientes, ni en el contexto de medicamentos individuales”, señaló el doctor Raoul Tibes, autor principal del estudio y ex director del Programa de Leucemia Aguda y Crónica en el campus Arizona de la Clínica Mayo. “Curiosamente, no hubo asociación con el tiempo de tratamiento y la neoplasia mieloide resultante“.
“Este estudio, junto con nuestro conocimiento actual de la terapia relacionada con la neoplasia mieloide, sugiere que la selección individualizada de fármacos y la supervisión durante el tratamiento podría ser posible“, destacó Natalie Ertz-Archambault, co-autora del trabajo.
“Estudios futuros de perfil genómico podrían ayudar a identificar a los pacientes en riesgo de neoplasias mieloides cuando se exponen a azatioprina u otros fármacos“, añadió Tibes.
Los investigadores resaltaron que, si bien los resultados del estudio son intrigantes, no deben cambiar o reemplazar los juicios clínicos, el seguimiento y los tratamientos estándar actuales en los pacientes con enfermedad autoinmune que se encuentran en esta etapa.
Pese a su gran tamaño, los expertos observaron limitaciones en su investigación. Al ser un estudio retrospectivo, se analizaron muchas enfermedades autoinmunes distintas, en donde cada una puede afectar los resultados. Solo se evaluaron los síndromes mielodisplásicos y la leucemia mieloide aguda. Y no se estableció ninguna relación causal definitiva entre la toma de un fármaco en particular y los síndromes mielodisplásicos o la citada leucemia. Además, el número de pacientes con enfermedad autoinmune que desarrollan dichos trastornos todavía es bajo en general, y no se puede concluir ninguna predicción para pacientes individuales del estudio.
Como la siguiente fase de su trabajo, los investigadores planean llevar a cabo estudios moleculares sobre la susceptibilidad genética para la neoplasia mieloide relacionada con la terapia.