Los aliados de grandes runners

De acuerdo con el Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF / INEGI), 44% de la población mexicana de 18 años y más, son físicamente activos. Una de las actividades que cada vez tiene mayor número de seguidores es el running.

Sin embargo, aunque éste es uno de los hábitos más sanos para disminuir enfermedades coronarias y mejorar la calidad de vida, es necesario saber cómo practicarlo para prevenir y tratar los temidos esguinces de tobillo.

El esguince de primer grado, en donde ocurre inflamación y dolor, suele presentarse entre los corredores principiantes. “Una persona que comienza a correr no tiene la fortaleza suficiente en músculos y tendones, es por ello que se recomienda el uso de vendas cohesivas que ayudan al pie y tobillo a adaptarse al suelo y distribuir el impacto”, establece el Dr. Rogelio Solano, subdirector médico del turno vespertino del hospital de Ortopedia Victorio de la Fuente Narváez.

Estas vendas cohesivas de nylon son más resistentes que las tradicionales de tela; son flexibles, ligeras y moldeables por lo que se adaptan mucho mejor al pie, lo que brinda soporte y fijación sin lastimar y sin la necesidad de usar clips o sujetadores. “Éstas deben colocarse desde el empeine, sin abarcar los dedos. De ahí, hay que dar una vuelta para fijar y comenzar a vendar en forma de “ocho”, evitando que queden encimadas y cubriendo aproximadamente unos cuatro dedos por arriba del tobillo”, explica el cirujano ortopedista.

Por lo general, los esguinces de primer grado son los que más se padecen al correr. Esto se debe a que frente a una irregularidad en el suelo, los ligamentos del tobillo se extienden bruscamente y llevan el pie hacia dentro. A esto se le denomina inversión forzada de tobillo.

“Cuando el esguince de primer grado se presenta, hay que frenar de inmediato toda acción, quitar calzado y calcetín, colocar hielo o compresas frías en la zona afectada y elevarla un poco. Lo más importante es acudir con un médico especialista para descartar cualquier tipo de complicación, y dependiendo el grado de dolor, suministrar analgésicos”, agrega el Dr. Solano.

En el caso de los niños, la práctica del deporte contribuye a que no sólo se mantengan en buena condición física, sino también a impedir el desarrollo de sobrepeso y diabetes. No obstante, el cuidado del ritmo de exigencia es pieza clave para no generarles lesiones. “Para prevenir un posible esguince de primer grado, si los padres ven que el menor se cansa, deben permitirle parar de inmediato y no exigirle de más”, añade.

Recuperación sin esfuerzo

Cuando un runner padece un esguince de primer grado, su principal preocupación es la de no poder entrenar regularmente. Y es que para que el tobillo sane, se necesitan dos o tres semanas de reposo, lo que puede llegar a traducirse en pérdida de condición muscular y cardiovascular. “Aunque en este grado no existe una ruptura de ligamentos, la recuperación es crucial para que no se intensifique el dolor y la lesión se complique”.

Un aliado para los runners en recuperación, son las tobilleras. Éstas deber ser de estructura tejida y no tener costuras para que puedan usarse con calzado y calcetines. Además, se recomiendan las que cuentan con un acabado de una sola pieza, que evita puntos de presión. Las elaboradas con material transpirable facilitan la ventilación y dan mayor confort. “Éstas permiten que durante el periodo de tratamiento, se refuerce el área lesionada del tobillo y se controle la inflamación. Incluso pueden usarse para retomar el trote, una vez que el paciente dé cada paso con más seguridad, se pueden sustituir por la venda cohesiva como apoyo en la recuperación”, sostiene el especialista.

¿Estás realmente listo?

Frente a cualquier actividad o régimen deportivo que se pretenda practicar, se recomienda una revisión médica con el fin de prevenir lesiones. Asimismo, el Dr. Rogelio Solano sostiene que el calentamiento es una de las partes más importantes al iniciar cualquier tipo de deporte, sobre todo al comenzar una rutina que tenga como meta correr cinco, nueve u 11 kilómetros. “Se debe iniciar desde los pies hasta los brazos, incluyendo el cuello. Por ejemplo, mover específicamente cada pie con una serie de repeticiones constantes, para adentro y hacia fuera; y mover tanto la cadera como las rodillas, en círculos, contribuye a que las extremidades inferiores se preparen para el impacto que están por recibir y lo distribuyan de mejor forma”, explica.

Al mantener una velocidad y ritmos adecuados, se debe favorecer una respiración natural con base en la inhalación de aire por la nariz y la exhalación por la boca. Así se evitará el molesto “dolor de caballo” que ataca a muchos corredores novatos.

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